Desde las entrañas del río Amazonas, una vasta región de selva que encierra el bosque tropical más grande del mundo, hasta una pequeña ciudad belga llamada Wieze. Desde las pequeñas canoas que pueblos indígenas usaban para comercializar entre el sur y el centro de América, cuando aquel lugar aún no tenía ese nombre ni las fronteras que ahora lo delimitan, hasta los grandes buques que unen actualmente el comercio entre África y Europa. De playas vírgenes a puertos en ciudades superpobladas. De los grandes templos mayas y sus dioses protectores de las cosechas a sus pequeñas tumbas y ofrendas. Desde el primer sorbo de este alimento líquido hace miles de años en una región de México, hasta el pequeño mordisco a una tableta de 32 x 32 x 3 mm de chocolate en una cata. De los 20 metros de altura de los árboles de cacao silvestre diseminados por la Amazonía, a los pequeños esquejes en los viveros de la Guyana Francesa.
A través del despertar de todos nuestros sentidos, el gusto, la vista, el tacto, el olfato y el oído, cuando una muestra de chocolate se funde en nuestra boca. Adivinar de qué país llega, en qué suelo ha crecido, cuál es su rama genética, cuántas lentas horas ha fermentado. Descubrir su lugar de origen, el calor, la lluvia y los insectos que le han acompañado, los árboles que le han dado sombra, la materia orgánica descomponiéndose que le ha ayudado a crecer. Quedarnos en silencio en ese laboratorio de Vic en el que estamos y escuchar los dedos de los agricultores golpeando la baya de cacao para saber el punto de maduración, escuchar su sonido y ver su color. Imaginar que estamos en un lugar más íntimo que nos habla de todo ello.
De la mano de agricultores, antropólogos, historiadores, biólogos, químicos, ingenieros, agrónomos, genetistas, catadores y cocineros emprendemos un proyecto documental que durante los dos próximos años nos hará viajar a través de la geografía, la historia y el carácter mismo del fruto del cacao. Producido por Cacao Barry, y a través de entrevistas a personas de los cinco continentes estrechamente vinculadas al cacao, hablará del aroma, las particularidades y las anécdotas de un fruto ligado desde hace más de 3.500 años a la historia de la humanidad.
A través del despertar de todos nuestros sentidos, el gusto, la vista, el tacto, el olfato y el oído, cuando una muestra de chocolate se funde en nuestra boca. Adivinar de qué país llega, en qué suelo ha crecido, cuál es su rama genética, cuántas lentas horas ha fermentado. Descubrir su lugar de origen, el calor, la lluvia y los insectos que le han acompañado, los árboles que le han dado sombra, la materia orgánica descomponiéndose que le ha ayudado a crecer. Quedarnos en silencio en ese laboratorio de Vic en el que estamos y escuchar los dedos de los agricultores golpeando la baya de cacao para saber el punto de maduración, escuchar su sonido y ver su color. Imaginar que estamos en un lugar más íntimo que nos habla de todo ello.
De la mano de agricultores, antropólogos, historiadores, biólogos, químicos, ingenieros, agrónomos, genetistas, catadores y cocineros emprendemos un proyecto documental que durante los dos próximos años nos hará viajar a través de la geografía, la historia y el carácter mismo del fruto del cacao. Producido por Cacao Barry, y a través de entrevistas a personas de los cinco continentes estrechamente vinculadas al cacao, hablará del aroma, las particularidades y las anécdotas de un fruto ligado desde hace más de 3.500 años a la historia de la humanidad.
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